En la madrugada del 24 de diciembre de 1858 un halo luminoso cubrió, durante unos minutos, la oscuridad de la noche murciana. Esta fugaz línea brillante sobrevoló la torre de la Catedral de Murcia y desapareció en el horizonte en apenas unos minutos.
Posteriormente, se escuchó un fuerte impacto y hubo un pequeño movimiento sísmico que alertó a los lugareños cercanos a la zona de caída.
Pero ¿Qué era aquello que iluminó el cielo y que se estrelló finalmente a unos kilómetros de distancia en el término municipal de Molina de Segura? Algunos lo atribuyeron a un hecho divino, otros a un extraño fenómeno de la naturaleza.
¿Qué era en realidad lo que había sucedido? Gracias a Rafael Martínez Fortún, propietario del terreno donde cayó el objeto, y que encargó un completo informe sobre el hecho, conocemos lo que pasó.
El relato de Martínez Fortún se recoge en el estudio publicado en la revista Astronomy and Geophysics por los científicos Jesús Martínez Frías, geólogo planetario del Centro de Astrobiología, y Rosario Lunar, catedrática de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad Complutense de Madrid.
Adentrémonos en la historia del meteoro conocido más grande de España.
Autor: José Francisco Ruíz Illán