Descripción
Con un tamaño de unos 20 cm, el Correlimos común se distingue de otros limícolas en verano por una gran mancha ventral negra, que destaca sobre un fondo claro. El dorso se presenta pardo, listado de negro, pasando a ser grisáceo en invierno, época en la que pierde dicha mancha negra, y adquiere un aspecto más anónimo.
El pico, ligeramente curvado hacia abajo, también es distintivo de esta especie.
Hábitat y distribución
Al correlimos podemos verlo en las zonas litorales de toda Europa, hasta África, donde pasa los inviernos formando enormes bandadas en su litoral al atlántico. Aparece por la península ibérica como invernante, más abundante en estuarios, zonas mareales, marismas, etc. En Murcia podemos identificar a esta especie en las playas arenosas del litoral mediterráneo, como las de San Pedro del Pinatar, Calblanque, Carmolí y del Mar Menor, así como en charcas salineras, etc.
Costumbres y alimentación
Los correlimos son un grupo que comprende muchas especies de los llamados "limícolas". Altamente gregarios, migran, se desplazan, se alimentan, o crían, siempre en grupo. Salen volando a ras de agua, distinguiéndose entonces en ellos una franja alar blanca, así como los lados del obispillo, blancos, que los distingue de otras especies de correlimos.
Se alimentan de todos los moluscos, crustáceos, gusanos... que alcanzan hasta dónde llega el tamaño de su pico.
Protección y conservación
No presentan estatus de amenaza en nuestra región, por presentarse tan sólo en invierno y en bajo número. Aunque pueden verse en verano ejemplares no reproductores, la conservación de humedales litorales, en el caso de las aves limícolas, es esencial para su supervivencia, pues si bien no cría, y apenas invernan ejemplares, son imprescindibles para sus desplazamientos, como áreas de descanso y alimentación.
La progresiva degradación y desaparición de salinas litorales y de tramos de playas arenosas, incide negativamente en su conservación.
Curiosidades
Se les llama coloquialmente, junto al grupo de los Chorlitejos, "correplayas", por la costumbre que tienen de recorrerlas en busca de alimento.
Vicente Hernández Gil