Descripción
El Petirrojo es un pájaro pequeño, de aspecto redondeado por su cuerpo rechoncho. Como indica su nombre, el pecho aparece teñido de un vivo rojo-anaranjado, enmarcado por una banda de color gris, siendo la zona dorsal de un verde oliva. Ambos sexos presenta idéntica coloración, siendo los jóvenes de tonos pardos, con el pecho listado.
Hábitat y distribución
Distribuido por toda Europa, el Petirrojo se puede contemplar desde los bosques más frondosos, con un abundante estrato arbustivo, hasta los parques y jardines de las ciudades. Es más común en invierno, pues llegan ejemplares de otras latitudes más norteñas, subiendo en verano para la reproducción a mayores latitudes y altitudes.
Costumbres y alimentación
Su dieta básicamente es insectívora, rebuscando entre la hojarasca del suelo a sus presas, lombrices, insectos, arañas, o lanzándose desde un posadero bajo para atraparlas. En invierno, cuando la actividad de los invertebrados disminuye, se alimenta de frutos y semillas, no despreciando otras fuentes de alimentación más artificiales en parques y jardines.
En invierno, reforzados con la llegada de ejemplares de otros países más norteños, presentan un trato confiado, pudiendo llegar a darles de comer ocasionalmente en la mano. En España es un migrante parcial, haciendo grandes desplazamientos los individuos de lugares situados más al norte.
En las zonas donde cría, defiende su territorio mostrando su pecho rojo a la vez que emite su melodioso canto. Las hembras pueden también cantar.
Protección y conservación
El Petirrojo no se encuentra globalmente amenazado, viendose reducidas sus poblaciones por las alteraciones generales que afectan al resto de especies, y que está haciendo disminuir la biodiversidad general. Llega a ser abundante en algunas localidades.
Aunque ocasionalemente es capturado por su bello canto, el mantenimiento en cautividad es problemático dado su tipo de alimentación, a base de insectos. Hasta hace poco y junto a otras especies, formaba parte del menú llamado "pajaritos fritos". La erradicación de esta práctica ilegal ha supuesto un alivio a esta y otras especies de pájaros pequeños, que eran sacrificados por miles, pese a su papel fundamental en muchos ecosistemas.
Curiosidades
Son tan belicosos en la defensa de su territorio, que tan solo un trozo de tela roja colgado dentro del mismo, hace que luchen contra él, confundiéndolo con un posible competidor. Normalmente uno de los dos huye, evitando el combate, pero el trapo no lo hace, y acaba destrozado, y el petirrojo, exhausto.