El uso culinario del pescado está unido a los pobladores de la Región de Murcia desde la Prehistoria, como demuestran los yacimientos arqueológicos encontrados en Cartagena o Cabo de palos (Cueva de los Aviones y Poblado de las Amoladeras). Con la llegada de fenicios, cartagineses y romanos, el comercio con productos del mar se convirtió en un recurso económico de vital importancia para las costas de la región. La producción de salazones en factorías ubicadas en Mazarrón o la Isla de Escombreras hizo que la pesca de melva, al igual que otros pescados azules como el atún o la caballa, se generalizara.
Ya en el siglo XIII, tras la Reconquista, textos medievales destacan que cristianos y musulmanes contribuían a las arcas del Estado con el diezmo real en razón del almojarifazgo, introduciendo en estos pagos sardinas y melvas entre otros productos.
El bibliófilo murciano Antonio Pérez Gómez, en su libro Murcia en los viajes por España recoge una serie de artículos sobre las vivencias de diferentes extranjeros en la Península Ibérica durante los siglos XVIII y XIX. En uno de ellos se ofrece una visión particular sobre la pesca en un puerto:
"La pesca en el interior del puerto estaba arrendada a una sociedad, con sus Estatutos, compuesta de diez y ocho asociados, siendo las dos clases de pescados más frecuentes el atún y la melva que se vendían normalmente al precio de diez reales por arroba el primero y de sesenta reales el centenar la segunda. No obstante, como gravamen por este monopolio debían vender en beneficio de los pobres la mitad del pescado obtenido cada día, reservando para el rey una cuarta parte".
El escritor y Premio Nobel Camilo José Cela, ya en el siglo XX, aportaría su visión de la melva como manjar gastronómico: "la melva en conserva se me hace gustosa al paladar y saludable al organismo. Las artes de su conserva son tan antiguas en el uso como sabrosas y alimenticias en sus consecuencias".
Producción y distribución en la Región de Murcia
En la Región de Murcia la melva es el segundo pescado en volumen de capturas, alcanzando unas cifras que en 2007 sobrepasaron las 1.330 toneladas anuales, tan sólo superada por la alacha.
Los puertos murcianos con mayor número de toneladas son Mazarrón y Águilas (650.000 y 500.000 kilos respectivamente), seguidos por la almadraba de La Azohía (75.000 capturas) y a gran distancia San Pedro del Pinatar, Cartagena y Lo Pagán.
El arte de pesca que se utiliza para capturar estos peces es el cerco, consistente en calar una red alrededor de un banco embolsando los peces mediante el cierre de la misma por la zona superior. Se trata de una técnica empleada principalmente para la captura de las especies pelágicas, que forman grandes bancos.
En La Azohía, aunque con un número de capturas inferior, aún se utiliza el arte de la almadraba. Se trata de colocar un entramado de redes cerca de la costa donde entran los bancos de peces para posteriormente capturarlos cerrando las puertas.