En el mercado
La mejor temporada para comprar coliflores en el mercado se da entre los meses de septiembre y enero, aunque las diferentes variedades relacionadas con su época de maduración hacen que se puedan obtener durante todo el año.
Para adquirir este producto en perfectas condiciones de consumo su masa debe resultar compacta al tacto, blanca, sin manchas ni impurezas. Un buen método para cerciorarse de que se compra una coliflor de calidad es presionarla suavemente, si se ablanda deberemos escoger otro ejemplar ya que muestra una pérdida de propiedades importante.
Una vez en casa, la coliflor se puede conservar una semana en la nevera dentro de una bolsa de plástico perforada. Para guardarla en el congelador (hasta 8 meses) es necesario escoger los cogollos de mayor calidad (firmeza, color, dureza) y escaldarla durante pocos minutos para que no pierda las propiedades. Cuando vaya a ser consumida se debe introducir durante unos minutos en agua con un chorrito de vinagre, completando de esta forma su limpieza (puede quedar algo de tierra en su interior) y eliminando las posibles impurezas. Tras esta fase se separan las diferentes partes de la masa (los cogollos) y se dejan en agua limpia algunos minutos más, enjuagándolas un par de veces.
En la mesa
La coliflor se puede consumir en crudo, aportando un gran número de propiedades nutritivas, combinando en numerosas ensaladas con otras hortalizas, verduras o legumbres.
También es posible degustarla encurtida o tras ser cocinada, aunque pierde parte de sus vitaminas ante una cocción prolongada. Uno de los secretos para evitarlo es añadir la coliflor al agua hirviendo y mantenerla muy pocos minutos. El caldo resultante de este proceso se debe reutilizar para otras preparaciones ya que les aporta una buena parte de los elementos nutricionales que ha desprendido la planta.
Al hervirlas suelen expulsar un aroma algo fuerte debido a su alta cantidad de azufre. Esta característica se puede reducir disminuyendo el tiempo de cocción, dejando la olla abierta para que este mineral se evapore, o añadiendo en la preparación algún condimento con olor propio o plantas aromáticas como laurel o hinojo.
Es muy sabrosa la coliflor servida hervida y con tan solo un chorro de aceite de oliva virgen, combinando además a la perfección con arroces, los típicos arroz con verduras y arroz con pava del Campo de Cartagena y la Huerta de Murcia, así como en el revuelto de verduras o la menestra con jamón.
Otras preparaciones que se elaboran en la Región de Murcia con ella son la coliflor con bechamel o gratinada con queso al horno, muy atractiva para ser consumida por los más pequeños de la casa.