Clase:
Metamórfica. Metamorfismo regional o de contacto de rocas carbonatadas (calizas, dolomías y areniscas calcáreas).
Descripción:
Roca metamórfica de composición carbonatada y textura granoblástica (sacaroidea), la cual se caracteriza por presentar cristales que se aprecian a 'visu' y recuerdan a un terrón de azúcar. Son rocas de colores claros (blanco, rosado, gris claro, etc.), aunque si provienen de calizas ricas en materia orgánica son de color oscuro por la formación de grafito y si poseen impurezas de hierro dan tonalidades pardas. Se rayan con una púa de acero, que las distinguen de algunas cuarcitas granoblásticas y suelen ser más opacas que éstas. De las calizas se distinguen por su textura granoblástica y por carecer de fósiles.
Si están compuestos por calcita efervecen violentamente con HCl al 10% en frío. Si su composición es dolomítica se denominan mármoles dolomíticos y no reaccionan con HCl al 10% en frío, pero sí en caliente.
Ambiente de formación:
Los mármoles proceden de la recristalización de calizas, dolomías o areniscas calcáreas muy puras. Dicha recristalización suele provenir del metamorfismo regional, de grado bajo a alto, de las rocas citadas anteriormente, aunque también existen mármoles originados por metamorfismo de contacto.
Localidades:
Los mármoles existentes en la región se encuentran localizados en las sierras litorales, ya que constituyen la cobertera carbonatada del Complejo Nevado-Filábride, cuyo afloramiento más representativo es el Cabezo Gordo de Torre Pacheco. Diversos afloramientos se pueden localizar en los cabezos de los Gómez, los Victorias y la Cruz y en las sierras de la Carrasquilla, Almenara, las Moreras, Algarrobo y lo Alto. Todos ellos proceden del metamorfismo regional de rocas carbonatadas.
En el interior de la región existen aureolas, de escasa potencia, de mármoles originados por el metamorfismo de contacto de carbonatos triásicos subbéticos y rocas subvolcánicas básicas (ofitas), como en la zona minera de los Baños de Gilico (Cehegín).
Usos:
El mármol es una roca ornamental muy codiciada y utilizada desde la antigüedad, tanto para la decoración de edificios, como para esculpir estatuas.
Los ejemplares de mala calidad por contener óxidos e hidróxidos de hierro, moscovita, o por estar muy tectonizados, se suelen utilizar como piedra rústica o para la obtención de áridos y bloques para escolleras.
En Murcia la única cantera activa de esta rocas está en el Paisaje Protegido del Cabezo Gordo (Torre Pacheco), pero su explotación se remonta, al menos, al siglo I antes de Cristo, siglo en el que los romanos construyeron el teatro de Cartagena. Utilizaron estas rocas metamórficas para los pavimentos de sus villas, para sus lápidas y placas conmemorativas y, sobre todo, para la realización de dicho teatro, donde además se usaron rocas murcianas como los travertinos de Mula, las areniscas marinas de Canteras y las dolomías alpujárrides de los alrededores del Mar Menor.
Nota: Para los geólogos, un mármol es una roca carbonatada metamorfizada, pero en el campo de la construcción, suelen denominar mármol, a cualquier roca carbonatada susceptible de ser pulida y utilizada como roca ornamental, independientemente de que ésta sea de origen sedimentario (calizas, dolomías y travertinos) o metamórfico (mármol). Los denominados mármoles de Cehegín, Caravaca, Lorca, Abanilla, etc.; son realmente, para los geólogos, calizas.