La lagartija colilarga tiene buen tamaño, midiendo unos 6 cm el cuerpo, y la cola más del doble, por lo que en total alcanza más de 20 cm. Su aspecto general es robusto. Tiene las escamas dorsales grandes, imbricadas y llamativamente carenadas.
Su coloración es marrón parda, con 2 bandas claras a cada lado de color blanco o amarillo que se desvanecen al final del tronco. La base de la cola y la parte interior de los muslos son usualmente de color anaranjado muy llamativo, o claro. Durante el celo los machos presentan pequeños ocelos de color azul, próximos al primer par de patas, y la garganta suele ostentar una tonalidad amarilla o naranja intenso.
Hábitat y distribución
Es una especie muy ubicua, habiéndose encontrado en todo tipo de hábitats, arbolados o abiertos, con masas de vegetación espesas, asociadas a claros, etc.
A escala mundial se distribuye tan sólo por la Península Ibérica, SE de Francia, y el norte de África. En Murcia puede observarse en toda su extensión, incluyendo interesantes poblaciones insulares en isla Grosa, con la cola llamativamente más corta, merecedora de un estudio específico, así como en la de Escombreras y La Isla, en Mazarrón.
Costumbres
La lagartija colilarga es muy buena trepadora, saltando a veces de una rama a otra de los arbustos para escapar, o buscar su alimento, por lo que suele estar próxima a éstos. Frecuenta, para cazar y solearse, los claros cercanos a las manchas de vegetación, en donde se refugia al verse molestada. Su coloración la hace pasar desapercibida entre las hojas y ramas secas del suelo, donde permanece inmóvil si cree que no la vemos.
Protección y conservación
Su abundancia, y la amplitud de hábitats que utiliza esta especie, así como su compatibilidad con la presencia de otras especies de lacértidos, hace que no se encuentre amenazada. Inciden negativamente la transformación de sus hábitats, principalmente la eliminación de matorral.
Curiosidades
A horas tempranas sale ya a tomar el sol, para lo que extiende los flancos, más oscuros, orientándolos hasta una posición óptima, a modo de paneles solares, buscando la máxima exposición. También se le ha observado beber las gotas de rocío depositadas sobre la vegetación en que se oculta.
Vicente Hernández Gil