Un teatro en el antiguo pósito de Labradores
Sobre el antiguo Pósito de Labradores fue donde se construyó el teatro local de Yecla en 1886, inaugurándose ese año extraoficialmente con la comedia El sobrino de su tío de la compañía de Pepe Sánchez. El estreno oficial del teatro, al año siguiente, corrió a cargo de la Compañía de zarzuela Isaura Nadal que puso en escena La Tempestad, de los maestros Chapí y Ramos Carrión. El edificio fue construido por Francisco Albiñana Sánchez y decorado por el pintor Juan Albert Seva. Cuatro años más tarde el arquitecto Justo Millán Espinosa remodeló la fachada. Hay que decir que la construcción del teatro se debió especialmente al empeño personal del alcalde Epifanio Ibáñez, considerado el Rius-Taulet de Yecla.
La afición al teatro era importante cuando se erigió el coliseo pero años después de su funcionamiento había sembrado la población de vocación por las tablas, prueba de ello fue la carrera teatral de las hermanas Paca y Concha Segura que acabarían actuando en diversos teatros de la Región integradas en la Compañía Ruiloa.
Concha Segura y el teatro yeclano
Concha Segura Roselló (1875-1955) era hija de actores con compañía propia (Segura-Roselló), de manera que puede decirse que llevaba el teatro en la sangre. En 1894 ya triunfaba en Madrid y, como consecuencia de su exitosa carrera, el teatro de Yecla acabaría llevando su nombre. En 1895 estaba Concha actuando en Águilas junto a Irene Correa.
En la primavera de 1898 ya disponía Yecla de una compañía infantil que a la sazón ofrecía una función de carácter patriótico dirigida por los señores Esteve y Amores. Pusieron en escena la zarzuela titulada La banda de trompetas, La marcha de Cádiz, el juguete cómico Maruja y el monólogo A la guerra. Destacaron por sus dotes interpretativas las niñas Pepita Iniesta, Josefa Martínez, Concha Navaro, Josefa Yagüe, Rita Molina, Margarita Iniesta y Rafaela Juan. El monólogo había sido escrito por el yeclano Jacinto Soriano precediendo en ello a su paisano Maximiliano García Soriano, autor de varias piezas teatrales a comienzos del siglo XX. Como es lógico, a pesar del candor de los niños, una mayor repercusión tuvieron las actuaciones de la Compañía Vico en agosto de aquel mismo año, representando La Levita y Tocino de cielo.
A finales de septiembre de 1899 las hermanas Segura actuaron en Yecla con la zarzuela Chateau Margaux y Agua va. En aquella ocasión fue cuando el ayuntamiento aprovechó para mediante un acto público comunicar formalmente la decisión municipal de imponer al teatro local el nombre de Concha Segura. Cinco meses después, en el mismo coliseo comenzaba a funcionar un cinematógrafo Lumiére. Lejos de lo que pueda creerse, no afectó negativamente al teatro, de hecho, en septiembre de 1900 actuaba una compañía cómico-lírica procedente del Teatro de la Princesa de Valencia con tiples de la categoría de Eloisa Quetenti y Dolores Fora, acompañadas de diversos barítonos y bajos dirigidos por Vicente Peidro, poniendo en escena la zarzuela La alegría de la huerta.
Actuaciones de multitud de compañías de teatro en Yecla
Al menos dos compañías actuaron en el teatro yeclano en 1901. En junio lo hizo la de Miguel Muñoz quien con su primera actriz Asunción Echevarría brindó al público El loco de Dios, de Echegaray; Electra, de Pérez Galdós, Juan José, de Manuel Dicenta y El gran Galeote, de Echegaray. Para septiembre fue la compañía de zarzuela y ópera española de Vázquez y Gorgé quien llenó el Teatro Concha Segura. Entre ambas se estrenó además el ensayo dramático Realidades, del mencionado autor Maximiliano García, obra premiada por el Ateneo de Lorca.
En las fiestas de septiembre de 1905 y 1906 actuaron compañías de zarzuela que no se especificaron en los programas de fiestas pero que sirvieron de acicate a una sensible afición que durante meses estuvo representado obras de la envergadura de Juan José o Robo y envenenamiento, todos los domingos a lo largo de 1907.
En noviembre de 1910 al tiempo que el teatro Concha Segura proyectaba cine y organizaba espectáculos de varietés, el Salón del Primitivo (Casino) contrataba un espectáculo de zarzuela dirigido por Bolumar, barítono valenciano que incorporaba en su elenco de artistas a diversos aficionados yeclanos (este salón adaptó su infraestructura a los espectáculos de cine y varietés, en octubre de 1907).
Al año siguiente fue el teatro quien contrató compañías como la de Manuel Álvarez y Marcos Ros y en 1912 obtuvo un gran éxito la compañía cómico-lírica de Pablo Cornadó y José Sanlichy, maestro concertador. Pusieron en escena las obras La mujer moderna y Sangre de artista. La prensa destacó la interpretación de la señorita Amani y dijo que era 'bella, simpática y gentil'. Como casi cada año, también en 1914 se representó El Tenorio; en esta ocasión con Antonio Ortega Coya y Pepita Palao Maestre como protagonistas.
En 1916 tenemos constancia de la presencia en el coliseo de la Compañía cómico-dramática de Francisco Rodrigo, con Luisa Cano como primera actriz. En octubre de 1917 fue la Compañía Balmasia quien llevó a las tablas En el mal que nos hacen y Rosas de pasión; los principales papeles estaban interpretados por las señoritas Passet y Verinita Porset.
El estudiante de filosofía, del periodista Joaquín Just se encargó a la Compañía Gómez-Ferrer que la puso en escena con éxito en 1921. Y en noviembre de 1927 los aficionados locales representaron El Centenario, de los hermanos Álvarez Quintero. Destacaron: Antonio Martínez Martínez, Fernando González-Moro, José Molina Romero, Guillermina Lucas, Pilar del Portillo o Conchita Herrero. La Cofradía de la Purísima interpretó en 1930 La educación de los padres, una divertida comedia de Fernández de Villar y la Agrupación Socialista organizó también un grupo de aficionados con Pilar Pascual, Amparo García, Rafael Ortuño y Juan Pacheco, entre otros.
Para cerrar este repaso por el teatro en Yecla, sólo nos queda apuntar que en 1934 el actor Luis Peña interpretó en el Concha Segura El Divino impaciente y que en junio de 1936 se hizo cargo del teatro la empresa Juan Vicente.