Es la relación, permanente o no, que se entabla entre dos especies diferentes y de la que una obtiene beneficio a costa de perjudicar a la otra. La especie parásita obtiene alimento a partir de los líquidos internos o de partes del cuerpo de la especie parasitada, que generalmente se debilita y en muchos casos termina muriendo después de un plazo más o menos largo de ser parasitada.
Los crustáceos isópodos parásitos de peces, una vez fijos sobre estos, se alimentan de su sangre.
Juan Carlos Calvín