La Ñorica es una de las pedanías del municipio de Totana cuya población queda más dispersa, al norte de pedanías más amplias, como la de El Raiguero. El origen de su topónimo se desconoce, si bien podría hacer referencia a la existencia en sus límites de alguna ceña o noria.
Tradicionalmente La Ñorica ha sido un lugar de extensos terrenos dedicados a la agricultura y al pasto del ganado, si bien durante el último tercio del siglo XX buena parte de su territorio fue dedicado al establecimiento de algunas naves comerciales e industrias, muchas de ellas cerradas en la actualidad.
La Historia de La Ñorica formaría parte de la Historia de la propia Totana, villa cuya población estuvo ligada a Aledo hasta que, ya en la Edad Moderna, pudo establecerse como independiente.
El período histórico que comprende la dominación musulmana de Murcia sufrió continuas crisis sociales y políticas, que hacían inseguras muchas áreas del territorio de la antigua Kora de Tudmir. Los extensos campos de la geografía de la actual Ñorica fueron considerados por Aledo campos de ganado y labor desde los siglos XIII al XV. El territorio de La Ñorica no fue seguro hasta el siglo XVI, momento en el que los habitantes de Aledo, que siempre tuvo un lugar fortificado seguro, van trasladándose al arrabal de Totana.
Debemos tener en cuenta la situación de las pedanías vecinas de El Raiguero y Lébor, limítrofes con ésta de La Ñorica. Siendo tierras bajas del Valle del Guadalentín, desde el siglo XVI el Concejo de Aledo-Totana incrementó en ellas las áreas de cultivo, construyendo en el siglo XVII algunas importantes estructuras hídricas, algunas ya construidas en el siglo XVI, si bien en la zona de La Ñorica los cultivos no serían tan desarrollados y sus dehesas participarían de un ámbito de pastoreo.
Ya en época contemporánea, poblaciones como Mortí dedicaban sus huertas a los cultivos de parra y cítricos, tan importantes para la economía de Totana y el esplendor de unos paisajes dominados por las espectaculares construcciones de algunas de las familias más relevantes del panorama social murciano. Y mientras esto ocurría, La Ñorica seguía siendo un ámbito de paso, de cultivos quizá de cereal, dada la escasez de estructuras para el riego localizado y la sequedad de su territorio. Hoy día esta pedanía no presenta un núcleo localizado de población. Sus casas son dispersas y algunas de ellas están relacionadas con alguna industria puntual o almacén de empresas de tipo familiar, además de mostrar algunos cultivos de vid para uva de mesa.
Los vecinos de La Ñorica no tienen fiestas patronales, no hay patrón ni ermita o templo que haya concentrado ningún tipo de advocación en estos lares. Pero junto a los vecinos del paraje de La Costera, celebran durante un fin de semana de agosto unas pequeñas fiestas que tratan de suplir la falta tradicional de éstas.
Actuaciones musicales nocturnas, cenas comunitarias, algún evento puntual organizado con la ayuda del Ayuntamiento de Totana, como rallies o exposiciones de coches clásicos, salidas cicloturistas y desayunos con chocolate y churros son las celebraciones de estas fiestas laicas.
La Ñorica es una pedanía en la que no hay relieves destacables. Situada en pleno Valle del Guadalentín su paisaje lo constituyen, fundamentalmente, las tierras de labor de regadío. Hortalizas, frutales y parrales son los cultivos predominantes. Entre ellos se ubican algunas balsas de riego que posibilitan el riego localizado de alta frecuencia, sistema que permiten una mayor eficiencia en el uso de agua para riego. Las balsas, siempre y cuando estén limpias y bien mantenidas pueden constituir un buen hábitat para algunas aves acuáticas.
En otros tiempos parte de estas tierras pertenecieron a una llanura aluvial salina en la que habitaban aves esteparias y acuáticas como la terreta común, el aguilucho cenizo (Circus pygargus), la cigüeñuela o la ortega, especies muy escasas y amenazadas. Estos saladares, hoy en día, están prácticamente desaparecidos.
La población de La Ñorica se encuentra dispersa a lo largo y ancho del territorio de la pedanía. La actividad económica principal ha sido y sigue siendo la agricultura. Son tierras de labor de regadío en las que se cultivan hortalizas, frutales, uva de mesa y algo de olivo. Es una agricultura moderna y especializada en la que se emplean las más actuales técnicas de riego y cultivo. La ganadería es otra de las actividades que se desarrollan en la pedanía. Hay granjas de cría de ganado, así como de distribución de productos agropecuarios.
En esta diputación se encuentra situado el polígono industrial de El Saladar donde se ubican una gran diversidad de empresas dedicadas a diferentes sectores como el de la construcción, el metal, el transporte, la alimentación, las artes gráficas, la informática, el mueble y por supuesto el sector agropecuario que es quizá el más representativo del municipio.
La tradicional alfarería de Totana está también presente en esta pedanía con algunos talleres.
Los platos típicos que se pueden degustar en la zona son el guiso de pelotas basado en carne de ternera y cerdo, o la tradicional olla fresca con judías, garbanzos y pencas, así como una buena sartén de arroz y magra. Para los días cálidos la gastronomía se surte de varios tipos de pescado y verduras con las que se cocina la pipirrana, el bacalao con tomate, las menestras de verduras, el jallullo, etc.