Si por algo se distingue el entorno de la población de Los Royos es por las numerosas referencias históricas que se encuentran dispersas entre parajes, cerros, lomas y caminos. Pese a ser hoy día una pequeña pedanía, el valor de los hallazgos arqueológicos y el aporte de éstos a la Historia del lugar y de la propia Caravaca es muy significado. Los yacimientos arqueológicos catalogados se extienden, cronológicamente, desde la época argárica hasta la medieval cristiana, siendo abundantes los restos de época romana. Argárico es el yacimiento del Cerro de la Clavellina, y neolíticos son los del Cerro de Morales y el Cerro de la Capellanía, como vemos parajes intrincados que son lugares estratégicos y protegidos de manera natural.
Previo al período romano encontramos restos íberos en La Poza y la Loma de la Casa Nueva. Los hábitats de la colonización romana, tan relevante en toda Caravaca de la Cruz, los tenemos en los yacimientos de Fuente de Los Royos, Fuente Cortijo del Pulpite, Las Carrasquicas y Casa de los Morales, muestras de una población efectiva dentro de un marco histórico, que nos vuelve a recordar la importancia de este territorio para el Imperio.
Tras el período romano y el paréntesis de la época visigótica, de la que es difícil encontrar muestras en Murcia, llegan las posibles alquerías islámicas, de las que sólo quedan restos de antiquísimas fortificaciones, como la Torre de la Mata o Castillo de los Royos, si bien la primera que puede visitarse apenas guarda relación hoy día con la original del siglo XII. Otras fortificaciones de las que queda un recuerdo medieval cristiano son las torres de Girón y la de Los Munueros.
Las fortificaciones medievales nos recuerdan que durante el dominio musulmán y la Reconquista cristiana, Caravaca fue un lugar en el que fueron necesarios los enclaves fortificados y vigías. Y estos enclaves no dejarían de ser útiles hasta el siglo XVI, con el fin del último reducto musulmán de Granada, momento en el que el territorio murciano podría dar por terminada la amenaza de invasiones y razzias esporádicas. Y es del siglo XVI el documento en el que se observa por primera vez el topónimo del lugar, con la grafía de Roios.
La iglesia de Los Royos, dedicada a la Inmaculada Concepción, es del siglo XVII y ampliada en el XVIII, con reformas del XIX y el XX. En 1847 moriría en la población el célebre bandolero Juan Manuel Noguera, lo que daría lugar a unos conocidos versos: "En la venta de Los Royos, allí mataron a tres: al hijo de La Gañana, al Rizos y al Juan Manuel".
La agricultura y la ganadería son las actividades económicas básicas de esta pedanía. Los campos en los que se encuentra esta pedanía han estado dedicados a los cultivos de secano, principalmente es una zona cerealista en la que la cebada es el cultivo principal, también se dedican varias hectáreas de tierra al almendro.
Hay una franja de terrenos, cercanos al cauce del Río Quípar, en los que, gracias a los modernos sistemas de riego localizado, hay algunos cultivos de regadío, son parcelas dedicadas a frutales, olivo y cereal fundamentalmente.
La ganadería es el segundo pilar de la economía de Los Royos, al pastoreo de cabaña ovina ha sido tradicional en estas tierras. Hay también algunas granjas de aves.
Esta pedanía ha optado en los últimos tiempos por introducirse en el campo del sector turístico con dos casas rurales.
Los vecinos de Los Royos mantienen una antigua fiesta tradicional conocida como la Fiesta de los Pastores, creada por el coronel José María García Corbalán y que en 1974 se comenzaría con el proyecto escultórico de María Teresa Defruc, alimentado cada año por los romeros con la subida de pequeñas piedras para su Cristo.
En el mes de agosto, un domingo, los vecinos suben al cercano Cerro del Carro, y allí celebran un día de convivencia en el que se reparte un refrigerio para todos, se celebra una misa y se pasa el día hasta la tarde, momento en el que se vuelve a bajar al pueblo.
Durante el mes de diciembre el pueblo pasa a celebrar la festividad de su patrona, Virgen de la Purísima Concepción, y los vecinos celebran la fiesta con una típica matanza de cerdo y una comida de hermandad con carne asada y embutidos para todos.
Son típicos los arroces y las migas, con carne de cerdo principalmente, y la Olla de Cerdo. Debido a la abundancia de caza menor, no hay que olvidar el tradicional arroz con conejo.
También son tradicionales los dulces, sobre todo en Navidad. La mayoría de estos dulces son de origen árabe, como el Alfajor, realizado con almendras y miel.
Durante la Fiesta de los Pastores, los vecinos mantienen una cita gastronómica, bien con migas o con una comida basada en fruslerías y bocadillos que comparten todos los vecinos.
La pedanía se halla situada entre el Valle del Río Quípar, al norte, y las sierras que limitan con la provincia de Almería, al sur. El núcleo de población de Los Royos se encuentra rodeado de varios cerros entre los que destaca el Cerro del Carro de 600 hectáreas de superficie y una altitud de 1269 metros.
De menor altura son el Cerro de las Pocicas o el collado del Gitano de unos 1000 metros. El resto del territorio lo constituyen extensos cultivos cerealistas ubicados entre barrancos y cabezos. En los cerros y pequeños cabezos podemos observar algo de encinar, espartizal, tomillar o romeral.
Entre la fauna que habita en esta zona destacan los animales que ocupan las zonas de arbolado y frutales, los que habitan en los terrenos de secano y los que prefieren los de regadío. Así, entre los primeros tenemos a jilgueros, alcaudones, escribanos y verderones.
En los secanos podemos encontrar a abejarucos, perdices, conejos, o culebras como la Culebra bastarda. Las parcelas de regadío son preferidas por la abubilla, la Lavandera blanca, la codorniz, el topillo común, la culebrilla ciega o el Sapo común.