La fortaleza se inscribe en una planta rectangular cuya irregularidad viene dada por la forma del emplazamiento elegido para su construcción. Aproximadamente el recinto se extiende sobre la superficie de la cima del cerro con una longitud de unos 60 m en sentido noreste suroeste y una anchura media de unos 15 m.
La fortaleza está delimitada por un muro torreado, donde las torres flanquean y protegen a los muros –en ese sistema tan característico de las fortalezas medievales–. Cada uno de los lados mayores está jalonado por tres torres de planta cuadrada, mientras que en los inferiores se situó sólo una.
Presenta el acceso en el extremo noreste, quizá un paso acodado, y en su interior las excavaciones arqueológicas de los últimos años han puesto de manifiesto diversas estructuras internas correspondientes a diferentes dependencias, habitaciones, y una puerta acodada.
Los alzados corresponden en su mayor parte al nivel de zócalo de los muros, pues todas las estructuras edilicias se encuentran muy arrasadas.
Toda la construcción se levantó mediante la técnica del tapial y utilizando argamasa de cal sobre una potente rezarpa de cimentación excavada en el terreno.