Nos encontramos ante una obra arquitectónica reciente que ha querido mostrar en su fachada elementos locales de ornamentación como son las cerámicas de tipo popular.
Son abundantes en nuestra geografía ermitas como esta de Las Terreras siendo su origen, muchas veces, centenario, aunque los edificios sean construcciones de nueva planta.
Sin duda el fervor popular, las celebraciones litúrgicas, las romerías y fiestas han sido siempre el motor de este tipo de sencillos edificios.
Las fiestas de esta ermita se celebran el primer domingo de Agosto.
La ermita fue aneja de la Rectoría de La Paca antes de 1964, después pasó a depender del cura de Avilés.
Su construcción se realizó durante la década de los años cuarenta, bajo la advocación de Cristo Rey. En la época de los noventa se llevaron a cabo trabajos de rehabilitación y fue ampliada
Su Arquitectura
De planta rectangular, en su parte izquierda tiene una torre campanario, de tres cuerpos siendo el inferior de mayor altura y encontrándose en él la imagen de Cristo Rey, realizada con azulejos del conocido alfar lorquino de Lario.
También en azulejos se marca la separación entre los diferentes cuerpos. En la parte central una ventana bajo un arco de medio punto y cerrada por doble hoja. Por último la parte superior donde se encuentran las campanas también bajo arcos de medio punto. La cubierta a cuatro vertientes es de teja árabe, con una veleta realizada en cerrajería.
La cubierta del resto del edificio es de doble vertiente y teja árabe y en la parte más alta del frontal hay una cruz de hierro y sobre la puerta, en pintura azul, el símbolo del crismón.
El interior, de una sola nave, deja a la vista una cubierta de madera tradicional, utilizada para la cubrición mediante la formación de un entramado vertical sin cerramiento en el frente.
Las tallas que se encuentran distribuidas por esta nave única son de escayola, obras seriadas de pequeño tamaño y factura reciente, al igual que los pasos que cuelgan de sus paredes. Hay un cuadro que representa al fraile dominico San Martín de Porres, de autor anónimo.