La Ermita del Pasico de la Aparecida se encuentra ubicada en el Campo de Cartagena, en la Carretera que va de Torreciega a La Aparecida, en un cruce que se denomina de los “cuatro caminos”.
Es una ermita muy pequeña de planta casi cuadrada, pintada de color ocre en la fachada principal con remates de piedra gris y de blanco en los laterales.
Esta ermita tiene cubierta a dos aguas de teja, una puerta con enrejado blanco, para dar luz al interior, pequeñas ventanas y cuatro escalones de acceso. Una pequeña cruz remata la techumbre.
En el último escalón de acceso a la ermita hay un macetero para que los fieles puedan poner sus ofrendas de flores.
Historia
La existencia de éste Pasico se debe, según cuenta la leyenda, a un hecho que ocurrió en 1745 según el escritor Julio Ochoa, en su artículo del 22 enero 1930 en el Diario El Eco de Cartagena.
Se dice que un buen día un carretero volvía hacia su casa, satisfecho de los negocios que había hecho en el mercado de Cartagena, cuando fue sorprendido por un ladrón en los cuatro caminos de la Aparecida.
Al intimidarle para que le entregara el dinero que encima llevara, el carretero se encomendó a la intercesión de la Virgen, pidiéndole que el ladrón se contentase sólo con el dinero y no privase a sus hijos pequeños de su padre.
Pero cual no sería su asombro al desaparecer el ladrón, que salió como alma que lleva el diablo, dejando en el suelo el dinero que le había quitado contra su voluntad, que estaba al lado de un cuadro de la Virgen de las Angustias, llamada en Cartagena Virgen de La Caridad.
Cayó nuestro hombre de rodillas, dio gracias a tan alta protectora, recogió sin dificultad el dinero que dio por perdido e hizo un esfuerzo para recoger el cuadrito que parecía formar parte del suelo dado su gran peso.
Lo consiguió y la llevó a La Palma, yendo a contarle al cura la historia. Lo entregó para que pudieran venerarlo en la iglesia. Al día siguiente el cuadro había desaparecido. El cuadro apareció en el mismo sitio donde estaba el día anterior. Lo llevan otra vez a la iglesia y vuelve a ocurrir lo mismo.
El cura de La Palma cuenta al obispo lo sucedido y éste decide construir una ermita en La Aparecida para que allí se venerara la imagen. Pero el cuadro vuelve a desaparecer (del pueblo) y aparece en el cruce de 4 caminos, así que allí se construye la ermita, en el llamado Pasico de la Aparecida.