Esta batería antiaérea fue construida en cabo Tiñoso, sobre las baterías de costa de Castillitos y El Jorel, en una impresionante aguja rocosa que se alza 349 m sobre el nivel del mar, en la pendiente del litoral. Domina un extenso espacio costero que se extiende, como poco, desde la isla de Escombreras hasta el Puerto de Mazarrón.
Para llegar a este enclave de las fortificaciones cartageneras existe un desvío que, dirigiéndose hacia el Campillo de Adentro, parte de la carretera que conecta el núcleo urbano de Cartagena y la localidad costera de La Azohía, poco antes de llegar a ésta y tras pasar las cuestas del Cedadero. Desde allí nos dirigiremos por la antigua carretera militar que se dirige a Castillitos. Y poco antes de llegar al cuerpo de guardia de esta batería, comienza una pista sin asfaltar que, tras salvar una pendiente de más de cien metros, llega al Atalayón. Los edificios se encuentran en muy mal estado de conservación, y son propiedad del Ministerio de Defensa.
El emplazamiento de artillería antiaérea del Atalayón fue construido como consecuencia del Plan de Defensa de 1926, que disponía una considerable modernización de las defensas de la plaza de Cartagena y su base naval. Así en la costa se establecieron una serie de potentes baterías, las cuales contaban con un punto donde se montaron las defensas antiaéreas que daban cobertura a éstas. Así, el Atalayón, con sus piezas de 105 mm, cubría de los posibles ataques de aviones enemigos a las baterías de Castillitos y El Jorel.
Como todos los emplazamientos artilleros que la rodean, y como maltratado testimonio de nuestra historia, la batería del Atalayón se encuentra declarada Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.