La batería de Trincabotijas Baja se encuentra situada en la línea de costa de la bocana del puerto cartagenero, en el frente de levante, sobre un estratégico punto en el que se ejerce un excelente control del tráfico marítimo que circule por los fondeaderos portuarios de Cartagena, Escombreras, o las entradas a los pequeños desembarcaderos de las Algamecas. Elevada a unos 50 m sobre el nivel del mar, se construyó sobre la ladera oeste del monte de San Julián, aprovechando una pequeña planicie que forma en sus faldas. Desde el lugar se divisan las baterías situadas en cabo Tiñoso, La Parajola y todas las del frente opuesto de la bahía cartagenera, así como la mencionada ensenada de Escombreras.
El acceso a esta fortificación se realiza desde el núcleo urbano de Cartagena, por la carretera que corre paralela al barrio de Santa Lucía y las instalaciones portuarias y se dirige al muelle de La Curra. Poco antes de entrar en el malecón, se gira a la izquierda, por el desvío que conduce al valle de Escombreras. Se irá pasando por las baterías de San Leandro, Santa Florentina, Santa Ana Acasamatada y Complementaria y la pequeña playa de Calacortina tras atravesar un túnel horadado en la roca. Poco antes de entrar en el segundo túnel existe un nuevo desvío a la derecha que conduce a la batería. Es propiedad del Ministerio de Defensa, por lo que el acceso está restringido y señalizado como zona militar.
La batería de Trincabotijas es uno de los más antiguos emplazamientos artilleros del puerto de Cartagena, pues remonta sus orígenes al siglo XVII. A finales de aquella centuria y comienzos de la siguiente había allí establecido un pequeño fuerte artillado que ejercía las funciones de control y defensa portuaria. Sin embargo, la acción erosiva del ambiente arruinó la fortificación antigua, que fue sustituida por otra hacia 1770, como nos cuenta el ingeniero militar Juan José Ordovás en su Atlas político y militar del reino de Murcia (1799). Vuelta a reformar en torno a la década de 1860 (que ya estableció dos emplazamientos diferenciados a distinta altura), su aspecto definitivo surgiría a finales del XIX, cuando se instalaron dos grandes cañones de la marca alemana Krupp de 305 mm en montajes a barbeta hoy desartilladas.
Al igual que las baterías vecinas, Trincabotijas Baja está declarada Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.