Tiene cuatro plantas, aunque se reduce en una altura al dar a la Calle Alta. Tanto su estructura cuadrada, como su decoración y sus dos torreones volados, no le dan una tipología definida.
Resulta digna de admirar por sus peculiaridades tanto desde la parte baja, como desde la explanada donde comparte sitio con la Iglesia de San Bartolomé.
Su propietario la hizo construir como vivienda particular, puede que fuera él quien la cedió o vendió a la Iglesia, desde ese momento su función fue la de Casa Parroquial, de ahí el nombre que recibe.
En la actualidad la Villa la tiene como uno de sus edificios emblemáticos. La posibilidad de que fuera construida por un arquitecto tan renombrado como Eiffel, es lo que la hace ser todavía más valorada.
Periodo: principios del s. XX.