La Alquería dista tan solo 5 km de la capital municipal. Ha sido siempre y junto a la pedanía de Fuente del Pino, uno de los núcleos con mayor densidad demográfica de la comarca jumillana. El origen de su topónimo hace referencia a la existencia en esta aldea de un caserío con tierras anejas para cultivar.
La historia de La Alquería no está muy documentada, su cercanía a Jumilla y su dedicación a la agricultura hace suponer que su origen sería un caserío con tierras de labranza que poco a poco crecería demográficamente hasta conformar el núcleo poblacional que constituye hoy día.
La Alquería posee un paisaje diverso, se pueden apreciar en su entorno tanto zonas de cultivo y pasto como relieves destacados como el de la Sierra de Cingla. No hay que olvidar la conocida cueva de El Peliciego, que detenta por sí misma un valor patrimonial, arqueológico y natural, ya que en ella se descubrieron muestras de pinturas rupestres.
Los relieves y algunos parajes cercanos a la población forman parte de rutas verdes muy recomendadas en las guías turísticas, caminos que pueden visitarse junto a las peculiares casas-cueva que aún hoy día algunos vecinos conservan después de haber sido remodeladas.
Hoy día La Alquería tiene en su sector agropecuario una de sus bases económicas, siendo los cultivos de pera de la variedad Ercolini los más destacados. Los cultivos de vid, almendro y melocotón son también importantes. En los alrededores de la villa se sitúa un polígono industrial en cuyas fábricas, muy diversas, trabajan la mayoría de los vecinos del pueblo.