Árbol monoico de hasta 15-20 m, con frecuencia arbusto achaparrado. Cuando presenta porte arbóreo tiene copa amplia y redondeada. Tronco recto o algo torcido, con corteza pardusca y grietas poco profundas. Las ramillas jóvenes son blanquecinas, con denso indumento de pelos. Hojas de redondeadas a algo alargadas, con 5-7 nervios, coriáceas, verde oscuras por el haz, grisáceas por el envés. Inflorescencias masculinas colgantes (amentos), con numerosas flores, de reducido tamaño, formadas por un único verticilo de 3-7 piezas y varios estambres. Flores femeninas en el extremo de las ramillas, que maduran para dar lugar a las bellotas.
Ecología
Bosques y matorrales mediterráneos esclerófilos, también en roquedos. En ribazos y linderos de cultivos, adehesada en las extensiones de cereales del Noroeste murciano, donde además se ha plantado con frecuencia junto a las casas y en los terrenos agrícolas. Suele comportarse como indiferente edáfica, si bien en Murcia se presenta predominantemente sobre suelos calizos. Huye de zonas excesivamente frías y suelos poco desarrollados, donde es sustituida habitualmente por sabinas. Quercus rotundifolia es un elemento importante de la vegetación potencial que definen a los carrascales meso-supramediterráneos basófilos murcianos de la Quercetum rotundifoliae Br.-Bl. & O. Bolòs 1958 (código de la Directiva Hábitat: 834034). Se trata de bosques de encinas, formaciones forestales que suelen ser poco diversas y en la Región de Murcia se presentan muy poco caracterizadas, salvo en determinado enclaves (véase Distribución), pero nunca con la representatividad de otras zonas (encinares andaluces y manchegos). Constituyen la vegetación potencial de una buena parte del interior murciano, particularmente de las zonas que se encuentran por encima de 350 litros de precipitación anuales, además muchos pinares suelen ser resultado de la sustitución de los carrascales. Florece a mediados de primavera, las bellotas están desarrolladas completamente a principios de noviembre.
Distribución
Especie propia del Mediterráneo Occidental, distribuida por toda la Península Ibérica, sur de Francia y norte de Marruecos. En España se hace rara y puntual en Galicia y cornisa cantábrica. Piso meso y supramediterráneo, raramente termomediterráneo como en las sierras de Cartagena, con carácter relictual. Ombrótipo seco a subhúmedo (delata indicios de reductos con ombrótipo seco en zonas de predominio del semiárido). Extendida, principalmente en el interior, en otras zonas con carácter aislado . Las mejores formaciones de carrascal se dan en el Rincón de Los Huertos y sierras de Taibilla y Seca (Moratalla), así como en las sierras de Mojantes y La Zarza (Caravaca).
¿Dónde encontrarlo?
Si nos dirigimos a Cañada de la Cruz (Caravaca), comenzaremos a ver encinas adehesadas en los cultivos de cereales. Si nos acercamos en invierno tras una nevada la visita la aprovecharemos doblemente. Al salir del pueblo, en dirección a La Rogativa, antes de llegar a Puerto Alto, comenzaremos a ver números ejemplares de encina, tanto arbustivos como arbóreos y a ambos lados, en las faldas de las sierras de Taibilla y Sierra Seca, manchas de encinar, en ocasiones mezcladas con pinar. Si preferimos ir a Sierra Espuña podemos ver encinas en los roquedos de la base del Morrón de Alhama, al pie del EVA 13 (instalación militar del Escuadrón de Vigilancia Aérea del Ejercito del Aire). Además, casi en plena Gran Vía de la ciudad de Murcia, muy cerca del Corte Inglés y la Plaza de la Fuensanta, al final de la Avenida Jaime I El Conquistador, podemos ver dos encinas de otra especie (Quercus ilex), de troncos poco gruesos pero muy altas, incluso más que las palmeras cercanas.
Observaciones
En algunos textos, Quercus rotundifolia se indica como Quercus ilex subsp. ballota. La subespecie ilex, que muchos botánicos reconocen como una especie completamente diferente (Quercus ilex), es la encina levantina o alsina, que en la Región de Murcia y buena parte de la Península Ibérica ha sido desplazada ecológica y genéticamente por la chaparra o carrasca (Quercus rotundifolia). En nuestra Región aun quedan algunos ejemplares puros acantonados en los roquedos de Hondares (Moratalla).
Especie incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Región de Murcia (Decreto 50/2003, BORM 131) en la categoría "de interés especial".
La encina ha sido un árbol enormemente apreciado por la multitud de usos que prácticamente pueden obtenerse de toda la planta (madera, hojas, frutos, etc.). Su madera produce la leña más valorada para quemar y por su resistencia a la putrefacción se utilizó en la construcción de barcos. Sus bellotas se han empleado para hacer pan en años de escasez de cereales, incluso aun sigue elaborándose el pan de carrasca en algunas zonas de Moratalla, aunque ya sin emplearlas.
En otras zonas de España (Andalucía y Extremadura) se utilizan para alimentar al ganado porcino, práctica que no es frecuente en Murcia. A pesar de que las bellotas de esta especie suelen ser las más dulces del género, no es así en todos los individuos. Por ejemplo, en Inazares (sierra Seca, Moratalla) muy pocas encinas dan frutos dulces, si acaso algunos pies aislados, cuya ubicación exacta conocen a la perfección los habitantes del lugar.
Por último, destacar la especial importancia de determinados grupos de carrascas, aquellos que corresponden a los últimos carrascales termófilos de la Región de Murcia, localizados en la Sierra de Carrascoy, en cotas de 600 a 800 m, en el Puerto de la Cadena, Cabezo del Horno (Parque Regional de Calblanque), etc. Por ejemplo, los grupos del Parque Regional Carrascoy y El Valle, en el Majal Blanco y la finca Torre Isabel, son vestigios de vegetación pasada de gran valor actualmente; el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales indica que "los carrascales de Torre Isabel parecen ser relictos de condiciones más lluviosas que se daban en la región hace unos 8.000 años".
José Antonio López Espinosa