La frambuesa roja o fresa del bosque (Rubus idaeus) es el fruto del frambueso o sangüeso, un arbusto perenne de la familia de las Rosáceas, con ramas provistas de espinas, que crece mayoritariamente en regiones templadas.
La frambuesa es un fruto formado por diferentes drupas o granos rugosos y redondeados que, agrupados, forman una pequeña piña con aspecto circular o cónico. Cada una de las drupas dispone de un pequeño pelo dorado que sobresale del fruto. Su piel contiene un fino vello, aterciopelado, apenas perceptible a simple vista y en su interior dispone de pequeñas semillas que pasan casi desapercibidas durante su degustación en fresco. El tamaño de su base comprende entre 15 y 20 mm de diámetro.
Las tonalidades que destacan en la frambuesa roja son las amarillas y verdosas cuando son ejemplares jóvenes, y rojizas en los frutos maduros, aunque otras variedades muestran colores diferentes.
Al introducirlo en la boca para su degustación desprende sensaciones jugosas, carnosas, con sabores agridulces únicos, así como aromas y perfume a frutos rojos del bosque.
Variedades
La frambuesa roja posee dos variedades:
Reflorescentes, remontantes o bíferos. Los frutos fructifican en otoño (de brotes anticipados) y en junio. Destacan por su valor ornamental en jardines ya que sus frutos, pequeños y de perfume débil, presentan sensaciones de escaso dulzor en la boca.
No reflorescentes, no remontantes o uníferos. Tan solo fructifican en julio. De frutos más gruesos, dulces y aromáticos. Los ejemplares silvestres muestran mejor sabor que los cultivados, pero son mucho más escasos.
Existen otras variedades de frambuesa en el mercado, aunque de forma más escasa:
Frambueso silvestre (Rubus strigosus).
Frambueso negro (Rubus Occidentales).
Frambueso púrpura (Rubus neglectus).
Cultivo
El frambueso es un arbusto que suele cultivarse en climas templados, ya que resiste las temperaturas bajas invernales y altas estivales, aunque el ideal para su cultivo queda representado por inviernos no muy extremos y veranos frescos, donde desarrolla los frutillos de alta calidad, sabrosos y de textura consistente.
Las precipitaciones deben rondar los 700-900 mm, repartidas a lo largo de todo el año ya que la concentración hídrica en determinadas épocas puede deteriorar la solidez del fruto.
Esta especie agradece suelos ricos en nutrientes, profundos, frescos, de buen drenaje, con sustrato silíceo-arcilloso y ligeramente ácidos o de pH neutro.
Se trata de un arbusto de rápido crecimiento que puede plantarse en otoño o inmediatamente antes de la primavera. Serán necesarios agujeros en el terreno (preparado con las características citadas), con distancia suficiente entre ellos para permitir el paso de personas o máquinas durante la recolección.
Cada ejemplar necesitará soportes para sostener sus ramificaciones, ya que los tallos se vienen abajo debido al peso de sus hojas y frutos, incluso llegando a quebrarse. Las piezas más indicadas para esta sujeción son espalderas de postes y alambres.
Las frambuesas deben recolectarse cuando presentan un aspecto rojizo, textura consistente y fácil desprendimiento de su receptáculo que quedará unido al tallo, aunque para la producción industrial se corta el fruto completo.
Es posible que no todos los frutos maduren al mismo tiempo, por lo que se realizarán sucesivas pasadas en intervalos de 3-4 días.