La chirimoya es el fruto del árbol del chirimoyo o Anona cherimola, una especie originaria de América del Sur que se introdujo en Europa, África y Oriente tras el descubrimiento del Nuevo Mundo.

    Como en todas las especies de la familia de las Anonáceas, presenta un fruto complejo en el que diversas flores desarrollan unidas una estructura resultado de la unión de muchos pequeños frutos (del tipo sincarpos).

    La chirimoya presenta aspecto acorazonado, con un tamaño que ronda los 7,5-12,5 cm de longitud, piel delgada y frágil, prácticamente lisa, y decorada con finas celdillas que marcan los límites de cada fruto. Su pulpa es carnosa, suave y de sabor dulce. Contiene numerosas semillas brillantes, redondeadas y aplanadas, de 1 cm de longitud, repartidas por el interior de la pulpa. En conjunto pesa aproximadamente 150-250 gramos, aunque se han encontrado ejemplares cercanos al kilo.

    De tonalidades verdosas en el exterior (aunque se oscurece al madurar) con retículas de diferentes tamaños, colores blanquecinos en la pulpa y oscuros para las semillas.

    Variedades

    Las variedades de chirimoya con un mayor número de cultivos para el consumo humano proceden de híbridos conseguidos a partir de la mejora de especies anteriores. Así entre las más producidas se encuentran:

    Impresa. Rápido desarrollo de frutos que rondan los 250 gramos de peso, de aspecto acorazonado. Su piel asemeja la apariencia de una colmena, con pequeñas depresiones que recuerdan a las escamas de un reptil o a huellas dactilares. Se trata de una variedad muy jugosa y con mayores sensaciones dulzonas en su sabor. Dentro de ella se encuentra la Fino de Jete, que representa el 95% del cultivo en España y se cosecha generalmente desde mediados de septiembre hasta finales de enero.

    Mammillata. Frutos de piel lisa, jugosos, aromáticos y con pocas semillas. En España destaca dentro de esta variedad la Campas (con frutos que rondan de 500 gramos a 1 kilo de peso y cosechas que van desde septiembre a noviembre), en India la Greendom y en las islas Madeira la Nilgiri Hills.

    Tuberculata. Frutos de tamaño medio y aspecto globuloso. Tonalidades verdes intensas para la piel.

    Umbonata. Fruto de tamaño medio pero forma de piña y con una gran cantidad de semillas en su interior.

    Cultivo

    El chirimoyo es un árbol que muestra todo su esplendor en climas subtropicales, caracterizados por temperaturas calurosas (generalmente sin superar los 30ºC) y escasas oscilaciones térmicas. El factor que limita de forma tajante el cultivo de esta fruta son las bajas temperaturas, resultando prácticamente imposible conseguir plantaciones de calidad en regiones donde se produzcan heladas. De igual modo, los vientos secos y las altas temperaturas durante su etapa de floración pueden dañar las flores y destruir la formación del fruto.

    Los suelos ideales para su cultivo son aquellos que presentan un sustrato ligero, con materia orgánica y drenaje suficiente para que no se produzcan encharcamientos, aireándose de esta forma sus raíces. Es conveniente evitar los pisos duros, compactos e impermeables (arcillosos).

    La recolección (realizada a mano) comienza cuando el verde de los frutos se aclara, pero mantiene un aspecto firme (esta firmeza ayudará a que los ejemplares no se estropeen durante el transporte).

    Propiedades nutritivas

    El componente mayoritario en la chirimoya es el agua, aunque aporta un alto valor calórico (debido al elevado índice de azúcares) y cantidades importantes de hidratos de carbono, como la glucosa o la fructosa.

    Otros nutrientes importantes en su composición son la fibra, vitaminas del grupo C y minerales como el potasio.