La Historia nos da una curiosa referencia de este lugar. A finales del siglo XIX, cuando el bandolerismo se había convertido en una forma de vida para famosos delincuentes, el área del Valle de Ricote estuvo visitada frecuentemente por uno de estos bandoleros, El Periago, con su famosa banda del Vivillo, ya que Vivillo era su segundo mote.
Siendo esta venta de Ulea un lugar concurrido entre viajeros y visitantes, su dueño, conocidas las andanzas de El Periago, se cuidó de armar a los huéspedes con puñales. Cuando la venta recibió la visita del bandolero, éste se encontró con la sorpresa de que los huéspedes le hacían frente con armas blancas y el dueño de la venta hacía lo mismo armado con trabuco, situación que puso en escape al bandolero, que recayó en Molina de Segura, donde fue muerto en la cueva donde se escondió. Así que el último asalto de la Partía del Vivillo terminó en esta venta que, más tarde, quedaría con el nombre de Venta Puñales.
Hoy día Venta Puñales es un edificio que conserva las trazas de lugar de hospedaje, siendo una propiedad particular dentro de un coto de caza. Aún hoy se pueden admirar las rejerías de balconadas y ventanas. Otra referencia histórica en el entorno de Venta Puñales es de tipo arqueológico, la calzada romana que unía Cartagena con la Meseta, quizá la vía Carthago Nova-Saltigi. Cerca de la Venta se encuentra el Barranco del Saltador, donde se encontraron unas roderas, que podrían estar en relación con otro hallazgo más al Norte, en la Cañada de la Cubeta.
La Cañada está en el ámbito del puerto de La Losilla, un puerto geográfico que ya era conocido por fuentes históricas, pero cuyo valor arqueológico se cimentó con los hallazgos realizados en las prospecciones llevadas a cabo durante las obras para la realización de la A-30. Ya habían sido recuperados miliarios en esta zona, en el siglo XVIII, por lo que las referencias históricas, casi siempre medievales, se han ido confirmando con el paso de los siglos. El puerto de La Losilla era muy transitado en la época medieval, pero su existencia debía remontarse a épocas anteriores. Hay que señalar también que esta vía debió ser utilizada hasta el siglo XVIII, ya que algunos de los restos encontrados son de esta época, aunque estén superpuestos sobre un trazado más antiguo.
Venta Puñales no tiene habitantes con residencia permanente en la pedanía. Su actividad económica es muy pequeña. Situada al pie de la autovía A-30 y la nacional N-301 el medio en el que se ubica es agreste, con algunos cultivos leñosos de secano (olivos), prácticamente abandonados debido a su baja productividad. No obstante, en el término de La Losilla que rodea la pedanía sí se puede encontrar actividad agrícola con cultivos de regadío de frutales de hueso y cítricos. En Ulea algo menos de la mitad de los cultivos de regadío son de riego localizado, en este caso las tierras que aún están en labor y que se sitúan más al norte, cerca del paso del ramal del canal del Taibilla, poseen estos modernos sistemas de riego.
Al otro lado de la carretera se encuentra la planta de residuos sólidos de Ulea. Su ubicación junto a una vía de comunicación tan importante como la autovía A-30 y la nacional N-301 hacen de este lugar un punto estratégico.
Venta Puñales se encuentra en un paraje árido con muy poca vegetación. Esta zona está dentro del paraje de La Losilla, el Puerto de La Losilla y el Barranco del Saltador, que queda al norte, y que son los dos elementos más destacados del relieve.
Como se dijo anteriormente, es un área pobre en vegetación donde abunda el matorral mediterráneo. Manchas aisladas de pinar en las partes elevadas de los relieves, algo de coscoja, lentisco, espino negro y esparto. También algunas aromáticas como el romero y el tomillo crecen en las inmediaciones. Olivos y pastizales ocupan las zonas roturadas cerca de las lomas de estos pequeños cabezos donde pueden aprovechar las aguas de escorrentía cuando llueve.
La vegetación cultivada en el regadío, a las afueras de Venta Puñales, contrasta fuertemente con el paisaje anterior, cítricos y frutales de hueso ocupan la mayoría de estos terrenos.
La pedanía de Venta Puñales queda encuadrada, en lo que a costumbres culinarias se refiere, en el marco de la gastronomía mediterránea tradicional.
Se trata de una cocina sencilla y equilibrada, elaborada con los ingredientes más típicos. Aceite de oliva, verduras y hortalizas, cultivadas en las huertas del municipio, carnes de ave, conejo, cerdo y cordero, pescados, muy frecuentemente en forma de salazones, legumbres y frutas de temporada componen los platos característicos del lugar.
Entre las preparaciones de carne podemos destacar los asados de cordero, o los arroces con conejo, pollo o costillejas. En zonas rurales como esta los guisos también ocupan una parte importante de la cocina popular.
Estofados o potajes de verduras y legumbres, así como, menestras y sopas son platos básicos de esta cocina.
Otros ejemplos de esta gastronomía son el empedrado, los pasteles de pollo, las migas, los michirones, las tortillas de verduras, los embutidos, el trigoentero y los dulces típicos como tortas de naranja o paparajotes.