Cañada Gil, como indica su topónimo, podría haber constituido antiguamente una de las cañadas de paso de ganado del Campo de Ricote. Su geografía llana lo puede confirmar. Apenas media docena de residencias motean el amplio paisaje de este paraje del Campo ricoteño. La escasez de habitantes en estos campos no nos permite conocer la Historia de aldeas como la de Cañada Gil, más allá de las referencias que una aldehuela de agricultores pudiera darnos.
La Historia de Ricote, además, queda vinculada de manera más intensa a su área de huerta y Valle, ámbito donde ya durante el siglo IX, (por no mencionar posibles hábitats de época antigua) se estableció una importante población al amparo de su hisn, del Castillo de los Peñascales o de Ricote. La zona del Valle, más cercana al río, era más propicia a los cultivos hortofrutícolas, mientras que las áreas de campo, más distantes y de secano, además del cereal, sólo podrían aportar áreas de pasto.
Tras la dominación medieval musulmana, con distintos episodios protagonizados en el Castillo, la revuelta contra los almohades en el siglo IX y el advenimiento del Ibn Hud como caudillo de la antigua Tudmir en el XII, la Reconquista castellana establecería un nuevo panorama social. En 1284 Sancho IV donaría Ricote a la Encomienda Santiago, como pago por apoyo recibido por ésta en distintas acciones bélicas en el proceso, lo que ayudaría a conquistar la Corona castellana.
La administración de la encomienda del territorio de Ricote es clave para entender su Historia. A pesar de los cambios en las grandes familias de propietarios del municipio, estas familias, como la de los Llamas, en plena Edad Moderna, estarían obligadas a pasar parte de los tributos y arriendos a la Encomienda, situación que minaría el desarrollo de estas geografías, siempre sometidas a latifundistas.
Hasta el siglo XIX, con las desamortizaciones del Estado español, especialmente la de Madoz, no se libraría Ricote del dominio de la Encomienda, y a pesar de esta nueva configuración de propietarios en el agro de la Península, los lotes subastados solo permitirían finalmente que nuevos latifundistas se hicieran con los cultivos. Durante la Edad Moderna Ricote fue un pueblo de agricultores, dedicados al secano, con cultivos de cereal, almendra, olivo y vid, y a las parcelas hortofrutícolas cercanas al curso fluvial, implantándose también una pequeña industria dedicada al esparto, vigente en toda la Región hasta el primer tercio del siglo XX.
En Cañada Gil los cultivos de secano y los de regadío están separados por la carretera que une el Campo de Ricote con Blanca. Por su situación, colindante con Runes, pedanía del municipio de Blanca, es una de las pocas zonas favorecidas por las dotaciones de agua correspondientes a la Vega del Segura, es por tanto una zona fundamentalmente agrícola y económicamente más rentable que otros términos del campo de Ricote. Tan solo el 10% de las tierras dedicadas a la agricultura son de regadío en Ricote.
Los cultivos principales son el almendro en el secano -el cultivo mayoritario en Ricote ocupando más del 60% de la tierra cultivable, en esta área muchas de las parcelas se están abandonando debido a su baja rentabilidad- y los cítricos y los frutales de hueso en el regadío. Entre los cítricos son los limoneros los que se cultivan principalmente. Los frutales de hueso son un cultivo minoritario en Ricote.
Cañada Gil, al norte de la sierra de Ricote, comenzando el Campo de Ricote, es una pequeña población dispersa. El secano y el regadío se unen en esta pedanía. Aquí se encuentran algunos de los pocos terrenos de regadío del municipio.
El territorio de Cañada Gil es seco y algo abrupto, las parcelas de los cultivos se encuentran rodeadas por lomas y barrancos. En este término el Barranco del Pozo se une con la Rambla del Puente que va a desembocar en el Río Segura, en el municipio de Blanca.
Por el este y el sur Cañada Gil está rodeada por la Sierra de Ricote en la que el pino carrasco (Pinus halepensis) es la vegetación predominante. Pero el área de Cañada Gil es realmente una zona pobre en vegetación. Domina el matorral mediterráneo con espinos, coscoja, retama, romero, jaras, etc. En las áreas de los cauces de barrancos y ramblas predominan taráis, lentiscos, adelfas y en general comunidades halófilas.
La fauna del lugar la componen entre otras especies aves como perdices y cogujadas, o rapaces como el halcón peregrino, el azor, las águilas o el búho real, que habitan en la cercana Sierra de Ricote.
Cañada Gil es uno de los parajes del Campo de Ricote más cercanos al pueblo y a su huerta. Sus tradiciones culinarias son similares a las del resto del municipio. Es una cocina mediterránea, platos de sencilla elaboración, equilibrados y ricos en sabores. Los cereales, el aceite de oliva, las hortalizas y las verduras sabiamente combinadas con las carnes, fundamentalmente, y algo de pescado, en salazón o conserva, junto con legumbres, leche, huevos y, por supuesto, la almendra, forman parte de muchas de las preparaciones gastronómicas tradicionales en Cañada Gil.
Entre los platos típicos podemos destacar el caldo con pelotas, el arroz con habichuelas, la olla de cerdo, el arroz y conejo, las migas, los michirones, o guisos como los estofados de aves y los populares potajes de legumbres y verduras.
Los vecinos de Cañada Gil se unen a los de Ricote para las celebraciones patronales de enero, en honor de San Sebastián, que siempre culminan con una procesión por las calles del pueblo con la imagen del santo.
Chocolatadas, concentraciones de motor, juegos tradicionales y música todas las noches son algunas de las distracciones que conmemoran al santo patrón.