Al igual que la pedanía de San Cayetano, este topónimo hace referencia al nombre de una ermita que se construyó en el lugar para que los feligreses atendieran sus necesidades espirituales. Se encuentra a mitad de camino entre Torre Pacheco y Dolores de Pacheco. Esta pequeña pedanía de Torre Pacheco ha conseguido enclavarse en un lugar privilegiado, entre la Costa Cálida y los campos de golf, que se abren paso en el municipio.
Las primeras referencias de su Historia hay que hacerlas al yacimiento prehistórico de la Sima de las Palomas, sita en el Cabezo Gordo, lugar que es referencia del municipio de Torre Pacheco, del Campo de Cartagena y de la Región de Murcia. En él se han hallado los primeros pobladores de nuestra Región, restos óseos del Homo Sapiens Neanderthalensis y el Homo Sapiens Arcaico, con una datación acerca de su antigüedad en torno a los 125.000 y los 50.000 años a.C.
Además de homínidos se han encontrado restos de fauna como ciervos, caballos, linces, leones y tortugas de tierra. Miles de años más tarde el Cabezo Gordo sirvió como cantera de mármol para la construcción de villas dedicadas a la explotación de las tierras dedicadas, sobre todo, al cereal. Es en esta época cuando comienza el poblamiento disperso característico de esta zona.
Los primeros repartimientos de tierras comenzaron en el siglo XIII, siendo un siglo más tarde cuando comenzaran a venir familias de terratenientes a cuidar las tierras. La mayoría de la población eran pastores, cuyos rebaños pastaban en esta gran dehesa. A mediados del siglo XVI se intensificó el poblamiento, que continúo durante todo el siglo XVII en casas de labranza dedicadas al cultivo de la tierra, sobre todo de cereales, trigo, cebada, olivos y esparto. Estas casas de labranza, las torres y las ermitas que se construyeron darían lugar en sus alrededores a núcleos de población como éste de Santa Rosalía.
Es en el siglo XVIII cuando aparecen los molinos de viento en Torre Pacheco. El documento de mayor antigüedad se fecha en 1755, aunque es en el siglo XIX cuando se concentra el mayor número de molineros. Estos molinos son de tipo mediterráneo de torre, eje horizontal atravesado por cuatro pares de varas (palos), velas latinas, generalmente ocho triangulares y techo giratorio para orientar las velas a favor del viento. Su origen viene dado por la necesidad de molienda y prensado de cultivos mediterráneos como el trigo, la vid y el olivo, y de la necesidad de extraer agua del subsuelo para el riego de los campos en una zona de escasa pluviosidad, como es el caso de Santa Rosalía.
La economía de Santa Rosalía se basa, como la de la mayor parte de pueblos de la zona, en la agricultura. La llegada del agua a través del trasvase Tajo-Segura convirtió la agricultura tradicional de secano dedicada a los cereales, el olivo y la almendra, en cultivos secundarios en favor de los de regadío como la lechuga, las alcachofas, los pimientos o los melones, cultivados bajo invernadero en las variedades estrella de la zona. A estas verduras y hortalizas hay que sumar los cítricos representados en la naranja, el limón o la mandarina.
La apertura del complejo residencial Mar Menor Golf Resort en sus inmediaciones ha diversificado la ocupación de los habitantes de la zona que han trabajado en su construcción y, una vez concluido, en el mantenimiento del mismo, de sus zonas verdes y jardines. Los habitantes de Santa Rosalía también se han visto beneficiados con su apertura gracias a la creación de puestos de trabajo en bares, tiendas, hotel y restaurantes dentro de este complejo.
Sus fiestas patronales son en honor de San Antonio Abad, patrón de los animales. Es en enero cuando esta pedanía se engalana para mostrar su mejor aspecto ante su patrón.
No pueden faltar, como es tradición en el día de San Antonio Abad, los típicos rollos bendecidos por el párroco.
Se ofrece un programa repleto de actividades: carrera de cintas a caballo, chocolatada con churros, concentraciones de motos antiguas, y el tradicional juego del caliche, muy arraigado en el municipio de Torre-Pacheco. Se trata de un juego de lanzamiento que consiste en derribar un palo situado a unos veinte pasos sobre el que descansan unas piezas llamadas "moneos". El palo está colocado en la pista. El jugador tiene que lanzar un pequeño disco metálico o una piedra, con la intención de golpear con fuerza el palo o caliche para que la moneda caiga más cerca del disco o proyectil lanzado y así quede este caliche desplazado con el impacto.
El Cabezo Gordo es la única elevación de la comarca del Campo de Cartagena y Espacio Protegido que alcanza una altura de 312 metros.
Entre la flora abunda el espino negro, el ombligo de Venus, la cosentinia vellea, la orquídea, la coronilla, el muraje, el candilillo, el esparto, el espárrago blanco, el pino carrasco, la curruca cabecinagra, el cornical, caralluma, cabello de monte o cuscuta, aulaga pinchosa, arzolla, ruda y uña de gato.
Otras especies de interés son la cornicabra, el chumberillo de lobo, único cactus autóctono de Europa, y el palmito. Cabe destacar también: la coscoja, el pino piñonero, el pino carrasco o cuatro especies de helecho.
Las aves son el grupo faunístico más representativo, destacan el cernícalo, el mochuelo o el petirrojo. Hoy en día se puede encontrar una variada fauna de pequeñas aves insectívoras, como las currucas o los mosquiteros. Existen un total de 20 especies de mamíferos como el zorro, la musaraña o el lirón careto. Además, existe una gran colonia de murciélagos y ejemplares de lagarto ocelado, culebrilla ciega y sapo corredor.
La gastronomía de esta pedanía ofrece el recetario propio de su cercanía al Mar Menor en platos tales como el caldero, la dorada a la sal, el mújol al horno, mariscos, como los langostinos del Mar Menor, y los salazones de pescado como la hueva de atún, maruca o mújol. No pueden faltar las migas con tropezones, ni los arroces con carne de pollo o conejo, ni el guiso de caldo con pelotas elaboradas con carne de cerdo, embutido, piñones, ajo y pan rallado. Estas pelotas también se cocinan en platos como el cocido o el guiso de pelotas, pavo y patatas.
Otros productos tradicionales son el asado de pata de cordero, y el melón que se degusta como entrante, acompañado de jamón, o como postre. Para finalizar el menú, son postres típicos el arrope, el tradicional arroz con leche, las delicias y los cordiales, de elaboración artesana, los dos últimos consumidos en Navidad.