El topónimo de Los Carrillos corresponde al paraje enclavado en lo que hoy es una aldea a los pies de la Peña Roja. El topónimo puede hacer referencia a la familia propietaria de alguna de las fincas que rodean las casas del lugar. Es éste un hecho común en la toponimia del territorio murciano.
La Historia del pueblo no está documentada de manera precisa, como muchas otras aldeas. Sus comienzos están referidos a un caserío que, desde la primera mitad del siglo XX, iría creciendo, teniendo su época de mayor plenitud geográfica en torno a los años sesenta.
Abanilla fue una de las comarcas murcianas con una proyección demográfica destacada en la Edad Media, con las divisiones administrativas de la Cora de Tudmir. Tras la invasión musulmana del territorio quedaría ligada a la ciudad de Orihuela, unida a ella administrativamente. Era en el mercado de Orihuela donde los abanilleros vendían algunos de sus productos más reconocidos, el pan de dátil, los higos secos, las almojábanas, etc.
Tras la Reconquista cristiana, la Corona castellana haría concesión de Abanilla, como señorío, a Guillén de Rocafull, en el siglo XIV. Y este señorío sería traspasado en el XV a la Orden Militar de Calatrava en un intercambio de territorios entre la orden y los descendientes de Rocafull. No sería hasta mediados del siglo XIX cuando el Estado, practicando una política de expropiaciones, dejaría a la Orden de Calatrava sin muchas de sus posesiones territoriales, momento en el que Abanilla pudo iniciar su camino como comarca independiente.
Desde finales del siglo XIX hasta casi la mitad del siglo XX, Abanilla y sus aldeas tuvieron que hacer frente a diversas crisis, principalmente referidas a la salud y, concretamente, a las epidemias de paludismo. Un momento importante para el municipio fue la creación de cooperativas para la comercialización de los enseres de esparto, cuya fama cruzaba las fronteras comarcales, pero estas cooperativas, tras la Guerra Civil, desaparecieron.
Durante los años sesenta Abanilla encontró en las canteras y en la agricultura, agricultura de secano, la base de su desarrollo económico. Fue el momento en el que tanto en Los Carrillos como en tantas otras aldeas, El Cantón o las Peñazafras, se abrieron las escuelas unitarias, días aquéllos en los que la población de estos pequeños pueblos tuvo su mayor índice demográfico.
Tradicionalmente la principal actividad económica de la zona ha sido la agropecuaria. Ubicada en tierras de secano sus gentes se dedicaban al cultivo de olivo, almendro, a la recolección de esparto para la confección de cofines y a la cría de ganado ovino y caprino.
Con la llegada de agua del trasvase Tajo- Segura hubo una reactivación de la actividad agrícola con la implantación de otros cultivos. En la actualidad, esta pequeña pedanía, está rodeada de parcelas dedicadas a los cítricos, limoneros fundamentalmente, a la uva de mesa e incluso a variedades hortícolas como los melones.
Es destacable, teniendo en cuenta lo pequeño de la pedanía, la presencia de un restaurante abierto a diario y especializado también en celebraciones. Otra actividad que se desarrolla muy cerca de esta localidad, al igual que en muchas otras pedanías del municipio, es la dedicada a la extracción de áridos o piedra.
Los Carrillos, siendo una aldehuela sin ermita, no tiene unas fiestas locales que disfrutar, pero sus vecinos suelen acudir a algunos de los actos que se celebran en la cercana Abanilla durante las fiestas conmemorativas de la Santa y Vera Cruz.
Las Fiestas de la Santísima y Vera Cruz de Abanilla comienzan entre la última semana de abril y la primera semana del mes de mayo. Los desfiles de Moros y Cristianos son sin duda uno de los principales atractivos de estas fiestas, con gran repercusión incluso fuera del municipio.
Se trata de unas fechas en las que toda la localidad sale a la calle para venerar a la Santa Cruz y para disfrutar de los distintos espectáculos y actos culturales programados. Los días más señalados de las Fiestas de la Santísima y Vera Cruz de Abanilla son el 1 de mayo, con el Desfile de Moros y Cristianos, y el 3 de mayo, día en que se lleva el Lignum Crucis en Romería a la Ermita de Mahoya.
Código Postal: 30648
Origen: Siglo XIX
Altura media: 176 m.
Habitantes: 39
Superficie: 2 Km2
Centro de salud:
Domicilio: Avda.Generalísimo Nº 98 - 30648 Barinas, Abanilla
Teléfono centralita: 968689249
Teléfono de urgencias: 061
Urgencias: Punto de Atención Continuada (PAC) del Centro de Salud de Abanilla
En el paisaje de Los Carrillos destaca, como accidente geográfico singular, la sierra de la Peña Roja, sierra que tenemos que rodear hasta llegar a Los Carrillos. Desde el camino podemos observar las cavidades abiertas en la roca, una de ellas conocida como La Cueva Toro de Peña Roja.
Las tierras secas de Los Carrillos, cuyos habitantes se surtían de agua gracias a la existencia de un pozo con un nivel freático poco profundo, de menos de cuatro metros, se han ido transformando en los últimos tiempos, merced a las aportaciones de agua del Trasvase Tajo-Segura, dando paso a huertos de limoneros, parrales y cultivos hortícolas entre los que quedan ubicadas numerosas balsas de riego. Al amparo de estas balsa tiene lugar el asentamiento de especies como la cigüeñuela, cuyos habitats naturales son los humedales.
A parte de la vegetación de las parcelas cultivadas, entre la flora de esta pedanía proliferan el matorral, en la zona cercana a la sierra, y las hierbas de crecimiento espontáneo como diversas compuestas, labiadas o leguminosas.
Las costumbres culinarias de Los Carrillos son similares a las del resto de pedanías del municipio. Muy cercana a la vecina Orihuela, con la que Abanilla ha mantenido un intercambio comercial rico y en cuyo mercado se vendían los productos frescos y elaborados de la zona, ha estado inmersa en la misma tradición. Así, miel, almendras y dátiles son emblemáticos en las recetas del lugar.
Las gachasmigas y gachas tortilleras, las carnes a la brasa, y los arroces son platos muy frecuentes en las casas de Los Carrillos en los que no puede faltar, como ingrediente común en la elaboración de todos ellos, el aceite de oliva. Entre los guisos podemos destacar los gazpachos, guisos de carne, generalmente conejo, acompañado con unas finas tortas cenceñas que son las que reciben, precisamente, el nombre de gazpachos.
Para finalizar las comidas, los frutos secos, como los ya mencionados dátiles y almendras, pueden unirse a frutas frescas como la uva de mesa o incluso al melón, frutas que se cultivan con éxito en estos contornos.