La pedanía de Cañada de Gallego está a 11 kilómetros de Mazarrón. Es una de las pedanías más pobladas de Mazarrón con una población diseminada, siendo el núcleo de población más grande de Ifre-Gallego que, hasta 1970, formaba una sola entidad junto con Pastrana, de ahí que las dos antepongan el prefijo Ifre.
Situada entre la costa y la Sierra de las Moreras, los primeros asentamientos humanos que se conocen dejan restos del Paleolítico Medio y Superior. La cultura material responde a la fabricación de útiles propios de este período, tales como puntas de sílex, raspadores, raederas o percutores. Al período Neolítico (entre el 6000 y 3000 a.C) corresponde el yacimiento de la Cueva de los Percheles.
Atraídos por los recursos naturales y animales de la zona, es en este momento cuando surgen los primeros asentamientos, generalmente en cuevas o abrigos rocosos. En ella se encontraron fragmentos de sílex, conchas marinas y fragmentos de cerámica a mano, de fractura tosca.
Mazarrón estuvo poblada desde entonces por diferentes culturas, como la de El Argar. Más tarde se encuentra la presencia de pueblos del Mediterráneo Oriental como los fenicios, atraídos por la explotación minera y la pesca, implantando las salazones. Fue la época de romanización la que desarrolló esta actividad. Este pueblo supo aprovechar todos los recursos, además de los del mar, que Mazarrón le ofrecía. Estaba intensamente poblada por gentes dedicadas a la pesca, la agricultura y la minería.
Las evidencias arqueológicas del doblamiento en esta zona se sitúan en la Playa de Percheles. Allí se encuentra el yacimiento de una villa romana, de la que no quedan estructuras visibles, que estaría dedicada a labores agrícolas, de pesca y a la producción de púrpura. Este tinte, extraído de moluscos, era muy apreciado en época romana.
Tras la Reconquista cristiana del territorio murciano, zonas como Mazarrón sufrieron un despoblamiento. Hasta la expulsión definitiva en el siglo XV la zona no comenzó su repoblamiento. Las zonas más cercanas a la costa aún tendrían que esperar un poco más por los ataques de la piratería berberisca, que continuaron durante los s. XVI y XVII. Es en esta etapa cuando se erige la mayoría de las torres para la defensa del litoral.
El siglo XVIII trajo consigo el aumento de la pesca y con ella su importancia actual. El siglo XIX fue el momento del auge de la minería, de la que participaron los mazarroneros. A principios del siglo XX no existían en Cañadas de Gallego más de 10 casas, cuyas gentes se dedicaban a la pesca, el ganado y pequeños terrenos dedicados a la agricultura, que sobrevivían con el agua extraída por las norias de sangre. Es a partir de los años 70' cuando las nuevas tecnologías en el regadío y los invernaderos de tomates llegan a Cañadas de Gallego. En un corto espacio de tiempo la pedanía ha experimentado un gran crecimiento económico y social.
La vegetación que cubre los cabezos cercanos a Cañada de Gallego está formada por un matorral de romero, espinos, albaida, tomillo y esparto. Entre la masa arbórea destacan los pinos y algarrobos centenarios.
Los espacios naturales más cercanos son las Sierras de la Almenara y las Moreras, declarados L.I.C, Lugar de Importancia Comunitaria y Z.E.P.A, Zona de Especial Protección para las Aves. En estos parajes se encuentra una reserva de tortuga mora, especie gravemente amenazada, y ejemplares de Águila real, Buho real y Halcón peregrino.
Cañada de Gallego disfruta también del litoral mediterráneo en playas cercanas como Percheles, de arena fina y gris, y un palmeral.
Código Postal: 30870
Origen: Siglo XIX
Altura media: 50 m.
Habitantes: 1486
Superficie: nd
Centro Social Cañadas de Gallego.
Centro de Salud : Cañada Gallego, s/n - Cañada de Gallego, Mazarrón
Teléfono centralita: 968158829
Teléfono de urgencias: 968592151
Cañada de Gallego es productora de los ingredientes tradicionales de la gastronomía mazarronera. El pescado es el ingrediente de platos tan tradicionales como degustar el arroz y bogavante o las salazones.
Con productos de la tierra se preparan platos como el ajotomate, que consiste en macerar el tomate fresco en aceite y ajo durante horas para tomar como entrante.
Y junto a los pescados y las verduras las migas acompañadas de sardinas.
Desde la llegada de los cultivos de tomate y melón, la actividad de Cañada de Gallego gravita en torno a esta industria. Se han creado grandes empresas de exportación de estos productos agrícolas y otras, paralelas a este sector, como las que abastecen sus necesidades como de productos químicos, plásticos y estructuras y maquinaria para los invernaderos.
El crecimiento demográfico que ha experimentado la población ha traído consigo el auge de otros servicios como la construcción y sus asociados, como el abastecimiento y mantenimiento de las instalaciones de agua, luz y gas.
Comienzan a crecer al amparo de este sector pequeñas empresas y negocios dedicadas a múltiples actividades como la carpintería, la hostelería, pequeños comercios, etc.
Las fiestas en honor de su patrón, San Antonio de Padua llevan celebrándose desde hace pocos años, años en los que han conseguido convertirse en unas fiestas intensamente vividas, ganando adeptos cada año. Entre los actos religiosos se celebran una misa y una procesión por el pueblo de la imagen del santo. A esto hay que sumar las actuaciones de una revista musical, del grupo de sevillanas de la pedanía y un espectáculo pirotécnico.
A estos actos se añaden los originales concursos de lanzamiento de huesos de aceituna y de confección de flanes y otros más tradicionales como de petanca, caliche, migas ruleras, lanzamiento de marro o el tiro de cuerda.