Los Gallegos tienen una Historia ligada a la evolución de Águilas, de la que le separan 7 kms, y de poblaciones cercanas como Los Arejos, de la que queda separada por la rambla de ese nombre. Los primeros restos fueron un poblado argárico, en el II milenio a. C. La Cultura de El Argar elegía para sus poblados zonas agrícolas.
El proceso de romanización desarrolló su época de esplendor en la zona en los últimos siglos de poderío del Imperio Romano, el III y IV d.C. Su economía estaba basada en los productos obtenidos del mar, con los que fabricaban salazones y salsa garum; pero también en los productos obtenidos de la actividad agrícola, como eran el esparto, la vid y los cereales. Los restos arqueológicos encontrados en esta zona dan indicios de la existencia de hábitats romanos dedicados a esta actividad.
La dominación árabe nos deja restos como los castillos de Tébar y Chuecos, que dominaban el paso entre Lorca y Águilas. En 1243 se produce el Tratado de Alcaraz, en el que el reino de Murcia pasó a manos castellanas. Los escasos pobladores castellanos que ocupaban la zona de frontera entre Águilas y Almería se resguardaban de los ataques de las incursiones musulmanas en los castillos citados.
A lo largo de los siglos XVI y XVIII la repoblación de la zona se hacía de manera lenta y difícil. Hacia el siglo XVIII se comienza la repoblación de la ciudad de Águilas, pero en los campos ya se volvían a construir alquerías fortificadas para el autoconsumo y el pequeño comercio. Es en este momento cuando la barrilla, planta que se usaba para la fabricación de jabón y espejos, constituye un producto destacado para el comercio.
En 1843 Águilas obtiene su Ayuntamiento junto con El Cocón, diputación a la que pertenece Los Gallegos. El siglo XIX trajo a Águilas riqueza a través del filón de plata descubierto en la Sierra de la Almagrera, al que se unirían más tarde el plomo y el hierro. Es en este momento cuando la industria del esparto se encuentra en pleno auge. El crecimiento de los caseríos de la zona durante el siglo XX es el origen de muchas de las pequeñas poblaciones de la zona, incluida Los Gallegos.
Se sitúa en uno de los lados de la Rambla de Los Arejos, ramblas y barrancos o torrentes con un caudal de agua ocasional. El aprovechamiento de las aguas de niveles poco profundos se hacía a través de galerías con lumbreras. Dicha rambla nace en la Sierra de la Carrasquilla, zona de gran variedad de fauna y flora.
Fue declarada zona Z.E.P.A, es decir zona de especial protección para las aves. Entre otras variedades de se encuentran el águila perdicera, el búho real y halcón peregrino. Entre los reptiles destacan las colonias de tortuga mora.
Entre la fauna cinegética son habituales las liebres, o conejos. En cuanto a la vegetación de la zona es mayoritariamente de matorral y bosque bajo.
La economía de los habitantes de Los Gallegos ha tenido desde siempre su pilar básico en el sector agrícola de secano, sobre todo cuando no era más que un caserío aislado. La introducción de la agricultura de invernadero, como la del tomate, y otras especialidades, cultivadas muchas veces en pedanías del entorno de la población, supuso un ámbito más de desarrollo económico de esta población en la que, muchos de sus vecinos, se dedican también al sector de la construcción.
Por lo demás Los Gallegos es un pequeño pueblo residencial que, poco a poco, va creciendo como otras pedanías del entorno en este sentido, ofreciendo un ámbito más de habitabilidad tanto para vecinos de Águilas como de otros municipios.
Código Postal: 30889
Origen: Siglo XIX
Altura media: nd
Habitantes: 13
Superficie: nd
Los habitantes de Los Gallegos poseen una gastronomía ligada a Águilas.
El pescado se degusta cocinado de las más diversas maneras, a la plancha, a la brasa, con arroz, asado al horno con patatas o guisado cuyos platos más representativo son el caldo de pescado y el ajo colorao.
Su cercanía con Lorca y su ubicación en el interior hacen que también disfruten de platos como las migas con tropezones. De los productos de la tierra destacan los tomates, la lechuga y los encurtidos de tápenas o alcaparras.
Entre los postres destaca la tortada aguileña, dulce que se prepara con capas de bizcocho relleno con merengue, cabello de ángel y almendras. Disfrutan también en Navidad de dulces típicos como las tortas de pascua y los cordiales.
Bebida típica y muy apreciada es la cuerva, mezcla de vino tinto y diferentes bebidas alcohólicas como pueden ser el coñac, whisky, ponche, etc. mezclado con refresco o zumo, trozos de frutas, azúcar y canela.
Los vecinos de Los Gallegos no poseen fiestas propias, las fiestas de Los Arejos celebradas en Mayo en honor al patrón de la villa, San Isidro Labrador son las que visitan, junto al colorido y alegre Carnaval de Águilas, declarado de Interés turístico Nacional en 1997.
La quincena anterior al miércoles de cuaresma la ciudad se convierte en una fiesta continua donde se organizan concursos de cuerva, de trajes de papel, desfiles, conciertos, etc.
Actualmente la Federación de Peñas del Carnaval de Águilas está compuesta de 60 peñas que hacen posible el carnaval y de él una fiesta en la que participa toda la ciudad, convirtiéndolo en uno de los más vistosos y coloridos de España.
Sus orígenes se remontan hasta el siglo XIX en la tradición oral teniendo los primeros testimonios gráficos de 1903. Los cuatro personajes principales del carnaval son La Musa, que representa su carácter festivo; Doña Cuaresma, que representa la abstinencia y el pudor; Don Carnal, reencarnación del Dios Jano, reparte por la ciudad fiesta y bullicio. Por último, La Musona, mitad humano, mitad animal y que representa la dualidad del ser humano.